29 Jan 2019/ Miscelanea

España endurece la política de recepción de migrantes

Por UAM Cuajimalpa a las 10:01 am


* “No se trata de un repliegue. Nuestra presión migratoria es enorme”: Ministerio Interior.

España quiso dar una lección al mundo al recibir al barco cardado de migrantes, cuando las puertas del mediterráneo les fueron cerradas. Pero la falta de un esquema europeo que resuelva esos episodios y el récord de llegadas a las costas españolas han revertido esa apertura inicial.

Ahora, autoridades españolas niegan permisos para zarpar a los buques dedicados al rescate de migrantes e intensifican la presión a Bruselas para que se vuelque con Marruecos. El objetivo es evitar la presión de esos desembarcos en un momento en que la migración se ha convertido, por primera vez, en terreno de contienda electoral.

El repliegue español en el Mediterráneo central viene condicionado por un dato rotundo; el año pasado, las costas del sur del país recibieron alrededor de 57 mil migrantes, el doble que Italia y casi igual que Grecia, según datos de Frontex, agencia europea de fronteras.

Sin embargo, el Ministerio del Interior eleva la cifra por encima de 64 mil, mientras las autoridades españolas hacen frente a ese desafío, Italia agita a la Unión Europea (UE) al negar sus puertos a barcos que transitan cerca de su territorio. En un principio, el Gobierno español aceptó participar en el reparto de los migrantes que las autoridades italianas aceptaban. Pero ese capítulo se cerró.

“No se trata de un repliegue. Nuestra presión migratoria es enorme y en el Mediterráneo central –el que desemboca en Italia– no se están aplicando las reglas. Necesitamos una solución duradera para todos”, argumentan fuentes del Ministerio del Interior.

A principios de enero, el Ejecutivo rehusó, por primera vez, participar en un esquema de reparto orquestado por Malta y que afectaba a 49 personas atrapadas en el mar. “No se puede decir que no hayamos mostrado voluntad desde el caso del Aquarius. Nosotros ya tenemos un problema que nos es propio”, argumentó entonces el ministro de Exteriores, Josep Borrell.

Más allá de razones electorales internas, Italia constituye, en buena medida, la razón por la que el Gobierno ha virado en este terreno. Mientras España acomete los desembarcos que le llegan a sus costas sin altavoces, Italia no acepta prácticamente ninguna llegada a sus puertos.

Las pocas embarcaciones a las que se aviene traen una condición previa que se repartan los migrantes a bordo. Esa cuestión del reparto lleva meses bloqueando una solución europea. En tanto, el Ejecutivo populista de Salvini exige distribuir por toda la UE a cualquier irregular a países como Francia y Alemania exigen limitar esa cuota a los refugiados.

Con la vía del Mediterráneo central relativamente obstruida, España intenta desesperadamente limitar las llegadas desde Marruecos, origen del grueso de los flujos hacia las costas del sur. Las cifras no remiten. En la primera quincena de enero llegaron a España aproximadamente 3 mil personas, prácticamente el triple que en el mismo periodo de 2018, según cifras oficiales españolas. Interior trata de acelerar las expulsiones, que no avanzan al ritmo deseado. En este terreno, la opacidad es enorme. En marzo, Madrid y Rabat volverán a reunirse para hablar de migración, con dos posturas claras: Madrid reclama más control y celeridad en las devoluciones, y Rabat, dinero fresco de Bruselas.

Con información de El País

https://elpais.com/politica/2019/01/27/actualidad/1548606032_411492.html

Con imagen de El País

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