22 Jun 2020/ Miscelanea

Mover a una megalópolis en medio de una pandemia

Por UAM Cuajimalpa a las 05:06 pm


Los operadores del transporte de la Ciudad de México son parte de la población que no ha parado un sólo día, a pesar del riesgo de contraer covid-19.

María Ruíz

Si se detiene el transporte de la Ciudad de México, se detiene la ciudad. Por eso, ni en los 70 días que duró la Jornada Nacional de Sana Distancia, ni en las tres semanas que la capital lleva en semáforo rojo (es decir, con «riesgo máximo» de contagio de covid-19), la Secretaría de Movilidad ha recibido instrucciones parar. Por el contrario, para algunos operadores, las tareas se duplicaron.

Juan Carlos Peñaflor y Marcos Rodríguez sumaron la sanitización a su tarea de reparar bicicletas. Con la jornada de sana distancia los turnos en la Central de Ecobici pasaron de tres a dos.

Comienzan su día con un nuevo ritual: alistarse para la limpieza. Se colocan cubrebocas, googles, guantes de vinilo, caretas de plástico y trajes tyvek. Luego preparan el líquido desinfectante para rociarlo a las bicicletas.

Desde que empezó la contingencia trabajan jornadas intercaladas de ocho horas, un día sí y otro no.

Peñaflor tiene 22 años y viaja desde Ecatepec a la Central de Ecobici, ubicada en la colonia Juárez. Se traslada desde el Estado de México a la estación del metro Buenavista, a partir de ahí viaja en bicicleta. Además de ser mecánico, estudia el segundo cuatrimestre de enfermería.

El servicio de Ecobici existe en la Ciudad de México desde hace diez años. A la fecha llevan registrado más de 67 millones de viajes. A pesar de ser el transporte más seguro para evitar contagios, su uso no ha sido muy popular durante la pandemia.

Andrés Lajous, secretario de movilidad de la Ciudad de México cuenta que es el transporte que más se ha dejado de usar. Según datos de la Secretaría de Movilidad (Semovi), Ecobici mantiene una reducción en su uso de alrededor de -80 por ciento desde el 1 de abril.

La última acción de la Semovi, como estrategia para reducir el riesgo de contagio y las aglomeraciones, fue implementar ciclovías en Avenida Insurgentes, de Álvaro Obregón a Eje 8. En esta ruta se puede acceder al servicio de Ecobici de manera gratuita.

Covid-19 está visibilizando los rastros de la desigualdad social. Su impacto también se mira en las formas de movilidad urbana. Lajous cuenta que la reducción en el flujo vehícular en las calles fue más rápido que en el transporte público.

“Eso te dice que probablemente las personas que tienen auto tienen trabajos en los cuales es más fácil continuarlos desde casa, que hay más flexibilidad para dejar de trabajar, mientras que las personas usuarias de transporte público muchas veces son personas de más bajo ingreso y (les) es más difícil dejar de trabajar”, dice, en entrevista telefónica.

Por eso el metro sigue siendo el transporte menos vacío. En el pico más alto de la epidemia, el metro reportó una reducción de 65 por ciento, mientras que otros transportes llegaron a reducirse entre 70 y 80 por ciento. Y aún dentro del metro, hay zonas donde las reducciones son claramente menores. Explica Lajous:

El Sistema de Transporte Colectivo Metro se considera un espacio de alto contagio. Para reducir los riesgos se decidieron cerrar algunas de sus estaciones durante la fase 3: Isabel la Católica, Zócalo, Allende, Juárez, San Juan Letrán, Juanacatlán… a partir del 15 de junio empezaron a reabrir paulatinamente las 34 estaciones que habían cerrado.

Enrique Trejo lleva 34 años trabajando en el metro y 31 de conductor. Cuando empezó la contingencia sanitaria pidió sus vacaciones, como toda su familia estaba en cuarentena lo convencieron para estar todos en casa. Pero las vacaciones duraron menos que el virus y tuvo que regresar a trabajar.

El 18 de abril, cuatro días después de que Enrique Trejo pidiera sus vacaciones, el STC-Metro publicó un boletín para informar la muerte de uno de sus trabajadores por covid-19. Tenía 55 años y trabajaba como Técnico de Mantenimiento en el área de Instalaciones Fijas y Coordinación de Vías en el horario nocturno.

Once días después, el STC-Metro reportaba haber realizado 500 pruebas para detectar covid-19. Noventa y un trabajadores dieron positivo, pero sólo siete tenían síntomas claros. Trece se recuperaron y dos murieron.

El metro es uno de los mayores retos para el gobierno de la Ciudad de México. Hasta ahora, se han implementado varias medidas, como los cierres de estaciones y las cámaras de calor, dosificación de los ingresos y entrega gratuita de gel. Se recomienda no viajar en «hora pico» (Semovi marca de las 9 de la mañana a las 5 de la tarde como los horarios más seguros). Pero para eso funcione una vez que cambie el semáforo, se requerirá un acuerdo con los empleadores para definir horarios escalonados de trabajo.

“La clave evidentemente es que exista la posibilidad de espacio. Por eso en horas pico hay mayor frecuencia de trenes y también por eso se limpian los pasamanos y los asientos. Esas son las medidas que se han tomado hasta el momento.” expresa Lajous.

El Metrobús cumple este mes15 años. Es el transporte más nuevo de la capital y fue en el primero en el que se comenzó a repartir gel antibacterial durante la contingencia.

Antes y después de Semana Santa la reducción del uso de este transporte llegó a 65 por ciento. Para el 10 de abril, Semovi registró una reducción “histórica” de 80 por ciento.

Como parte de sus medidas realizan sanitizaciones a todas sus unidades. A diferencia de Ecobici, los operadores no se encargan de la limpieza. Otros trabajadores contratados por medio de un outsourcing son quienes trapean y llenan de líquidos sanitizadores los camiones.

En metrobús el trabajo de un operador consiste en conducir y cuidar a los usuarios del transporte. Al finalizar su circuito y llegar al patio de encierro donde guardan las unidades, el operador cierra todas las ventanas del vehículo para que, quienes lo limpien, tengan el menor contacto posible con las superficies

En tanto, al oriente de la ciudad, un grupo de operadores pasa la noche en el módulo 4 A de la Red de Transporte de Pasajeros de la Ciudad de México, más conocida como RTP. Son vecinos de la Unidad Habitacional Guelatao de Juárez que trabajan en el Nochebús.

Según su contrato, los trabajadores de su turno deben laborar 35 horas a la semana. Llegan a las ocho de la noche y se van a las seis de la mañana. Muchos de ellos son familiares de conductores de la extinta Ruta 100, a algunos incluso les tocó trabajar en ella y son unos entusiastas de la conducción.

Como medidas para evitar contagios el RTP puso gel antibacterial en sus diferentes áreas, colocó plásticos de protección para los conductores y bolsas para que coloquen los boletos de los pasajeros. Cuando suben les muestran sus boletos y lo tiran en esa bolsa para evitar contacto.

 

Con información de Pie de página

https://piedepagina.mx/mover-a-una-megalopolis-en-medio-de-una-pandemia/

Imagen tomada de Pie de página

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