19 Mar 2020/ Miscelanea

Nacer y crecer bajo las bombas en Siria

Por UAM Cuajimalpa a las 04:03 pm


Casi 5 millones de niños y niñas han nacido en Siria desde 2011 y otro millón más como refugiados, según Unicef, en una guerra que ya se ha cronificado y deja a las nuevas generaciones sin futuro.

3 mil 288 días. Nueve años desde que el 15 de marzo de 2011 comenzó una guerra en Siria que acumula ya 384 mil muertos, de los que 116 mil son civiles, según el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, y 9 mil niños que han sido asesinados o mutilados, según Unicef. En medio de todo este tablero geopolítico de las grandes potencias mundiales, los menores de edad afrontan las peores consecuencias físicas y psicológicas de un conflicto que encara ya su décimo año.

En solo cinco años, Kinda, de nueve años, Bayan, de 13, junto a sus hermanos, su madre y su abuela se vieron obligados a huir tres veces. Saben lo que es caminar de sol a sol sin descanso buscando algo de seguridad en medio de la violencia. “El camino era muy difícil, tuvimos que andar sobre pinchos y alambres. Estábamos muy asustados”, explicaba Kinda testimonio recogido por Unicef.

Tras años de desplazamientos, la familia, que perdió al progenitor, decidió volver a su casa rural en el norte de Alepo. Allí, sobre las ruinas de su antiguo hogar, levantaron una tienda de campaña en la que llevan seis años viviendo. Con vivencias similares, aproximadamente 4.8 millones de niños han nacido en el país desde el estallido de la guerra.

A esta cifra se suma otro millón más que lo han hecho ya como refugiados en países vecinos. Todos ellos siguen en 2020 afrontando las devastadoras consecuencias de una guerra cronificada.

"La guerra en Siria alcanza hoy otro hito vergonzoso", ha declarado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, que visitó Siria la semana pasada. "En el noveno aniversario del conflicto, hay millones de niños que están entrando en su segunda década de vida rodeados de guerra, violencia, muerte y desplazamientos. La necesidad de paz nunca ha sido más apremiante".

En Idlib, en el noroeste sirio, el recrudecimiento del conflicto armado, sumado a las duras condiciones del pasado invierno y la caída de las temperaturas, además de una crisis humanitaria grave, ha tenido un impacto muy alto en la vida de cientos de miles de niños y sus familias. Más de 960 mil personas, entre ellas unos 575 mil menores de edad, se han visto obligadas a desplazarse desde el pasado 1 de diciembre. Por otro lado, en el noreste, al menos 28 mil niños de más de 60 países siguen atrapados en campamentos de desplazados, sin acceso a los servicios más básicos.

"La mayoría de pacientes que tenemos que admitir en hospitales con enfermedades evitables son niños, porque son muchos más vulnerables y frágiles", explica Manuel López, coordinador general de MSF para el noroeste de Siria. Señala que no ha habido grandes epidemias de sarampión o malaria, pero sí que las enfermedades respiratorias o las diarreas son las más frecuentes entre la infancia. En esta zona del país deben quedar siete hospitales en pie para unos tres millones de habitantes más todos los desplazados que han llegado a la zona.

El otro gran peligro del hacinamiento y de los campamentos informales que han ido proliferando en la zona, indica López, son las enfermedades de tipo dermatológico, como la sarna. Médicos Sin Fronteras ha repartido equipos de higiene básicos, mantas y utensilios de cocina para comenzar a vivir con algunos materiales en lugares donde no hay ni agua potable.

La otra gran consecuencia son las secuelas psicológicas que provoca vivir en un conflicto prolongado en el tiempo. Todos los menores de 15 años presentan un cuadro clínico de ansiedad alto, explica López, por la pérdida de familiares, amigos, y por haber tenido que dejar su casa, además de por las condiciones en las que habitan.

El acceso a la atención médica o la asistencia psicosocial es una tarea que también ha asumido Cruz Roja Internacional, especialmente en los campos de refugiados del Líbano, donde se albergan 1.6 millones de refugiados procedentes de Siria.

La otra tragedia del país está en las aulas. La pandemia global causada por el virus Covid-19 ha cerrado las pocas escuelas que permanecían abiertas. La guerra, además, ha provocado que más de dos millones de niños y niñas no tengan acceso al colegio.

Además, cada día dos centros educativos son dañados o abandonados por culpa de los bombardeos en Idlib, señala Save The Children. La organización denuncia que desde que se empezó a intensificarse el conflicto en abril de 2019, 570 colegios de los 1 mil 062 que hay en toda la región han sido dañados, destruidos o están situados en áreas demasiado peligrosas para que los alumnos puedan acceder.

 

Con información de El País

https://elpais.com/elpais/2020/03/16/planeta_futuro/1584357469_119645.html

Imagen tomada de El País

https://elpais.com/elpais/2020/03/16/planeta_futuro/1584357469_119645.html


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