27 May 2022/ Noticias

"Las clases tradicionales en las que los profesores hablan y los alumnos escuchan es un método de enseñanza que debe extinguirse"

Por UAM Cuajimalpa a las 10:05 am


“Las clases tradicionales en las que los profesores hablan y los alumnos escuchan es un método de enseñanza que debe extinguirse”: Dr. Ricardo Romero, profesor investigador de la UAM-C

Es absurdo suponer que debemos regresar a los métodos de enseñanza-aprendizaje pre pandémicos: Julián Fresán Figueroa, Jefe del Departamento de Matemáticas Aplicadas y sistemas.

Por Maribel Lozoya

Profesores de la División de Ciencias Naturales e Ingeniería (DCNI) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Cuajimalpa vertieron sus puntos de vista, así como sus propias vivencias como docentes en un conversatorio programado para conmemorar el Día del maestro.

A través de preguntas puntuales como: ¿qué ha sido lo más difícil de ser docente durante la pandemia?, ¿cuál es el aprendizaje adquirido sobre ser docente en estos tiempos?, ¿qué aspectos de la docencia ya no podrán volver a ser como antes?, entre otras los profesores investigadores adscritos al Departamento de Matemáticas Aplicadas y Sistemas (MAS), y al Departamento de Ciencias Naturales (CN) hablaron sobre los cambios que ellos experimentaron al impartir sus Unidades de Enseñanza-Aprendizaje (UEA).

Durante el conversatorio realizado por videoconferencia en la plataforma Zoom el pasado viernes 13 de mayo, los doctores Julián Fresán Figueroa, Ricardo Romero Ochoa y Diego Antonio González Moreno coincidieron que el confinamiento originado por la crisis sanitaria por Covid 19, modificó por completo la manera en la que los alumnos aprenden y en el caso de los docentes los retó a crear métodos de enseñanza más concretos para cada una de sus UEAs.

Al hablar sobre qué aspectos de la docencia no podrían volver a ser como antes, el doctor Romero Ochoa, adscrito al departamento de Ciencias Naturales, expresó que el modelo de la vieja escuela donde las y los alumnos escuchan de manera pasiva a los profesores, era un método de aprendizaje moribundo y que debe terminar por extinguirse: “No veo un escenario en el que podamos seguir subsistiendo con ese método de enseñanza”, expresó.

Por su parte el Jefe del Departamento de Matemáticas Aplicadas, Julián Fresán, secundó a su colega y comentó que resulta un poco absurdo suponer que las clases deben regresar a una normalidad, es decir, como se planificaban y realizaban antes de la pandemia. Esto se debe, principalmente, a dos factores, el primero de ellos es que los alumnos han encontrado un gran apoyo en las herramientas digitales, a las que se han familiarizado, por lo que es importante cambiar la manera en cómo se emplean los ejercicios: “Ahora, los ejercicios se tienen que plantear sobre un problema, porque antes tenía mucho sentido la parte mecánica y ahora tienen herramientas digitales que las llevan a cabo”.

El segundo factor, lo relacionó con los empleadores que, de acuerdo con el doctor en Ciencias, son quienes han adoptado la modalidad en virtual. “La universidad en general se ve como una cuna de conocimiento e innovación, pero cuando hablamos de docencia nuestro objetivo es formar a profesionales competitivos para un mundo laboral que está adoptando la virtualidad, y tendríamos que estar trabajando en esa dirección”.

El doctor González Moreno señaló que después de dos años de haberse aprobado en Colegio Académico el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER) él ha aprendido cosas que anteriormente eran poco aptas para su UEA, sin embargo, dijo, lo primero en lo que se tendría que pensar al hablar de un cambio en los programas de estudio es en la desigualdad tecnológica y económica de los alumnos, misma que evidenció a gran escala el confinamiento. “Noté en mis alumnos que había algunos que podían tomar sus clases en línea o tener acceso a sus videos diariamente en su casa con un internet de buena potencia, con cables y aparatos electrónicos y había otros que no tienen las mismas posibilidades, y para estos alumnos, que tenían una desventaja económica y que no tenían acceso al mismo equipo, ya había una desventaja para llegar al material en línea”.

Los profesores investigadores también coincidieron en que lo más duro al impartir clases en línea fue pensar y elaborar materiales didácticos para que los alumnos pudieran entender cada uno de los temas a desarrollar; aunado a eso, la dificultad en la convivencia originada porque los alumnos no prendían sus cámaras a la hora de clase ni interactuaban. Para el doctor Ricardo Romero, esto hacía difícil la retroalimentación, pues surgían dudas si sus alumnos aprovechaban el curso, lo cual se intensificó al perder un poco la conexión con ellos.

El doctor Diego Antonio González mencionó que había noches de insomnio debido a que no sabía cómo adaptarse a dar clase a través de una pantalla. “No había retroalimentación, sólo te veías a ti dando la clase y eso generaba muchas inseguridades como maestro. Nos enfrentábamos a la soledad al dar clase, no era algo de grupo”.

De la misma forma, el doctor Fresán Figueroa se enfrentó a la poca participación grupal, pero, sin duda, dijo que las clases en línea le ayudaron también a ser crítico de su propio trabajo como docente “Es verse un poquito, no es lo mismo imaginarse dando clases a cuando ves el video, y dices, ¿así me veo?, ¿así es la manera en la que doy la clase?, es un golpe bastante fuerte hasta para la autoestima. Tal vez en clase uno dice: me salió increíble y ya que lo ves en video dices no me salió tan padre como yo lo imaginé”.

Al contrario de sus homólogos, Julián Fresán externó que la interacción con sus alumnos aumentó, pero de manera individual, ya que al estar en video llamada grupal nunca expresaban sus dudas, por lo que la retroalimentación en la mayoría de los casos se daba a nivel individual.

Los profesores investigadores de la DCNI reiteraron que es importante que los docentes retomen las herramientas digitales aprendidas y utilizadas durante el confinamiento e implementarlas en el regreso a las aulas de manera presencial. Sugieren que los temas desarrollados en plataformas institucionales como Ubicua, sirvan a los alumnos como material de apoyo y replantear la manera de evaluar a las y los alumnos.

También enfatizaron que es inviable pretender volver a la escuela tradicional, por el contrario, se debería pensar en una manera en que los planes de estudio puedan modificarse a una presencialidad híbrida, no como la conocemos ahora, sino establecer que las y los alumnos pudieran tomar clases a distancia un día o dos a la semana. Esto les permitiría disminuir de manera considerable la movilidad permitiendo que las y los alumnos puedan aprovechar su tiempo.


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