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El periodismo científico debe cultivar un pensamiento crítico, destacan en seminario organizado en nuestra Unidad


Publicada en: 2013-05-30

El periodismo científico debe cultivar un pensamiento crítico, destacan en seminario organizado en nuestra Unidad

 

 

La divulgación científica es una compleja labor que requiere de conocimientos técnicos muy precisos, mismos que debido a su naturaleza suelen ser malinterpretados o utilizados por lo que dañan la credibilidad de la ciencia, según lo señaló el maestro Martín Bonfil Olivera en el marco del Seminario de Periodismo Científico 2013.

En este seminario organizado por el maestro Nemesio Chávez Arredondo, profesor investigador de la División de Ciencias de la Comunicación y Diseño de nuestra Unidad, Bonfil Olivera, químico farmacobiólogo y divulgador científico, impartió la conferencia “Ciencia y no-ciencia”. El especialista presentó a estudiantes del último trimestre de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación de nuestra Unidad diversos ejemplos de notas, fotografías y acontecimientos que han causado gran confusión en el terreno científico.

Bonfil señaló que la mala ciencia o seudociencia comprende muchas supercherías o supersticiones que tratan de hacerse pasar por verdaderas. Entre ellas se encuentran el creacionismo “científico”, la astrología, la homeopatía, la acupuntura y demás engaños que constantemente ocupan las secciones científicas en periódicos, revistas, programas de radio y de televisión.

Es por ello, que Bonfil indicó que resulta fundamental que un periodista que se inicia en el tema de la divulgación científica debe poseer un espíritu crítico que le permita distinguir la ciencia legítima de la falsa “ciencia”, ya que es muy fácil caer en la desinformación y esto puede generar falsas expectativas en el público lector.

Como ejemplo del gran peligro que representan para la sociedad estas prácticas que imitan el quehacer científico, Martín Bonfil expuso el caso del GT200, un artefacto que fue adquirido por las fuerzas armadas de México en su lucha contra el narco, puesto que sus inventores aseguraban detectar armas o explosivos.

Sin embargo, el propio Martín Bonfil con la colaboración de la comunidad científica y el Senado de la república evaluaron a fondo esos detectores y lograron comprobar que el gobierno mexicano había sido estafado al igual que sucedió con otros países, los cuales ya habían levantado demandadas por el delito de traficar con la seguridad de los ciudadanos.

Asimismo, explicó el caso del doctor Peter Duesberger quien tras afirmar que el VIH era inofensivo y que el Sida era una enfermedad causada por la desnutrición y el uso de drogas, provocó la muerte de cientos de personas quienes se negaron a continuar sus tratamientos médicos. El prestigioso virólogo difundió que solo se trataba de una estrategia de ventas por parte de los grandes empresarios del sector salud en los Estados Unidos, según explicó Bonfil.

Como consecuencia de estos y muchos otros casos fraudulentos, se ha puesto en evidencia la fuerte responsabilidad que comunicadores científicos poseen, pues implica otorgar información que puede acabar con la seguridad de toda una nación o con la vida de una persona que pudo salvar su vida tomando el medicamento adecuado.

De modo que, Martín Bonfil apuntó que es importante que los medios de difusión masivos promuevan la formación de periodistas especializados, por tratarse de una necesidad vital, lo cual puede ir mejorando la calidad de la divulgación científica al promover estrategias que impidan la circulación de noticias falsas.

La pseudociencia, según explicó Bonfil, ha tomado fuerza en los últimos años por el constante bombardeo de información mediático relacionado con temas esotéricos, que aunque en apariencia parecen ser inofensivos, socava en las personas su pensamiento crítico y los vuelve vulnerables a comprar, por ejemplo, los llamados “productos milagro”.

Además, indicó que una buena definición de ciencia es la que formuló el investigador Ruy Pérez Tamayo, quien la concibe como aquella “actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido por un método científico organizado en forma deductiva y que aspira a alcanzar consenso entre los expertos relevantes”.

De este modo, Martín Bonfil abordó los problemas específicos que enfrenta la divulgación de la ciencia no sólo en nuestro país sino en el mundo y a través de su historia, por lo que instó a los estudiantes a procurar un rigor en la información científica que difundan recurriendo a expertos y especialistas que sean reconocidos y los puedan auxiliar en la búsqueda de fuentes fidedignas.

Martín Bonfil Olivera pertenece a  la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, de la UNAM, donde escribe sobre ciencia. Es editor del boletín “El muégano divulgador” y el blog “La ciencia por gusto”. Imparte clases de biología y redacción, y colabora semanalmente en Milenio Diario.

Sus libros más recientes son “La ciencia por gusto, una invitación a la cultura científica” (2004) y “¿Barriga llena?” (2005). Martín Bonfil recibió la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos, que otorga la UNAM, en el área de Creación Artística y Extensión de la Cultura.

Fotos: José Cruz Díaz
 
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