Historiador Francisco Mendoza llama a las y los mexicanos a reconciliarse con su historia y su país

Publicado en el sitio web por: Administrador portal
Publicado 22/07/2025 a las 05:39hrs.

 

* El historiador desmontó mitos coloniales y llamó a rescatar el orgullo por nuestras raíces con motivo de los 700 años de la fundación de Tenochtitlan

Por Maribel Lozoya
Fotografía: Ford Calixto

El Ágora de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue el espacio en el que el historiador y coconductor del pódcast “La verdadera historia de México”, Francisco Mendoza, compartió con la comunidad universitaria su conferencia “700 años de la fundación de Tenochtitlan”, enmarcada en el Festival de las Épocas, realizado los días 15 y 16 de julio.

La ponencia, dictada el segundo día de actividades, partió desde una mirada crítica y reconciliadora. En ella, el historiador señaló que los prejuicios históricos enseñados a las y los mexicanos sobre su pasado, en los que suele enfatizarse la traición, dificultado la construcción de una identidad común como pueblo.

Desde el inicio, Mendoza cuestionó el desconocimiento general de la historia nacional, señalando que hoy se reprueba más historia que matemáticas en las escuelas. “No es que subiera el nivel de matemáticas, es que ha bajado el de historia”. De acuerdo con el profesor, esto ha contribuido a la profunda división entre regiones del país y al deterioro de la identidad nacional: “Hemos perdido el orgullo por nuestras raíces; hoy, el color de piel es motivo de trauma para muchos, y usamos la palabra ‘indio’ como insulto”.

Durante su intervención, Francisco Mendoza desmitificó varios aspectos del relato histórico sobre los orígenes de Tenochtitlan y sus habitantes, narrativa impuesta desde una perspectiva colonizadora. Uno de los ejemplos que destacó fue el estigma de los sacrificios humanos, que ha sido sacado de contexto y reafirmado por las películas de Hollywood.

El historiador criticó que la historia universal suele iniciar con el paleolítico, el neolítico y las civilizaciones de Egipto o Persia, pero omite lo ocurrido en América antes de 1492. “Muchos historiadores siguen concibiendo la idea de que, en América, específicamente en México, no había civilizaciones antes de la llegada de Colón”.

700 años

Como parte de su exposición, Mendoza ofreció una revisión detallada de la fundación de Tenochtitlan a partir de la llamada “Guía de la peregrinación” o Códice Boturini, cuya réplica puede visitarse en la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. Relató cómo los aztecas, provenientes de Aztlán, iniciaron un largo viaje guiados por su dios Huitzilopochtli, hasta asentarse finalmente en un islote del lago de Texcoco, en la zona de Culhuacán. Existen diversas teorías sobre su lugar de origen, aún debatidas por historiadores y arqueólogos.

El historiador también abordó la importancia simbólica del Teocalli de la Guerra Sagrada, pieza prehispánica que representa el águila sobre el nopal, sin la serpiente. En su lugar, aparecen los símbolos del agua y del fuego, que juntos significan guerra. Al profundizar en el tema, Mendoza explicó que las guerras mexicas eran muy distintas a las europeas: no buscaban el exterminio, sino el vasallaje. Se peleaba solo de día, bajo la protección de Huitzilopochtli, y existían códigos de honor; si un guerrero caía, se le consideraba vencido.

A diferencia de las armas españolas diseñadas para matar, las mexicas tenían fines rituales o de captura. Esta diferencia cultural fue aprovechada por Hernán Cortés, quien ejecutó matanzas nocturnas como las de Cholula y el Templo Mayor. Incluso durante el sitio de Tenochtitlan, los mexicas alimentaban a sus enemigos para que no se dijera que fueron vencidos por hambre.

700 años

Respecto a la figura de Huitzilopochtli, Mendoza destacó su papel como guía espiritual de los mexicas durante la peregrinación. Explicó que su nombre significa “colibrí zurdo” y que, tras la llegada de los evangelizadores, esta deidad fue demonizada debido a la asociación europea de lo zurdo con lo maligno. Esta visión distorsionada contribuyó a la desacreditación simbólica de las divinidades mesoamericanas.

Al referirse a la construcción de Tenochtitlan, expresó que “el trazo de la Ciudad de México no fue casual”, pues sus calzadas están alineadas astronómicamente con fenómenos como los solsticios. Como ejemplo, mencionó que la calzada México-Tacuba, la más antigua de América aún en uso, está alineada con la salida del sol durante el solsticio, visible desde la calle Guatemala, en el Centro Histórico. También rindió homenaje a figuras como Nezahualcóyotl, responsable de construir acueductos y albarradones para separar las aguas salobres de las dulces.

700 años

El ponente mencionó que la mayoría de los historiadores coinciden en que la fundación de Tenochtitlan ocurrió en el año 1325, cuando se consagró el primer templo, acto que marcaba el inicio formal de una ciudad para los pueblos mesoamericanos. Recordó además las múltiples tragedias que ha enfrentado la capital (inundaciones, epidemias, sismos, invasiones) y resaltó su capacidad de resiliencia. Mencionó que, durante la defensa de Tenochtitlan, las mujeres jugaron un papel fundamental, incluso vistiéndose como guerreras para confundir al enemigo.

Al concluir, Mendoza hizo un llamado a valorar la historia desde una perspectiva más justa, sin vergüenza ni odio: “México es una gran ciudad. Con todos sus problemas, sigue siendo una ciudad que nos cobija, que nos da, que nos recibe. Vale la pena esta conmemoración, sin importar nuestras ideologías”.

700 años

 



Línea de Asistencia Psicológica UAM
UAM Radio 94.1 FM
Defensoría de los Derechos Universitarios
Tesorería Adjunta de Control Patrimonial