* La Comunidad Universitaria de la UAM-C reflexiona sobre el impacto y las repercusiones de las guerras en el mundo actual
Por Maribel Lozoya
Fotografías Ford Calixto
El 6 y el 9 de agosto de 1945, las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas por bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos, destruyendo todo a su paso, dejando sufrimiento y muerte. A 80 años de aquel devastador suceso que marcó para siempre la historia de la humanidad, las imágenes de cuerpos calcinados y ciudades reducidas a cenizas siguen siendo un recordatorio del alto precio de la guerra.
En un mundo donde nuevos conflictos armados amenazan la vida de miles de personas, los actos bélicos vuelven a ocupar los discursos de poder; por ello, recordar Hiroshima y Nagasaki no es solo un acto de memoria, sino una urgente invitación a defender la paz como un principio humano y colectivo.
En un acto conmemorativo, la Biblioteca Dr. Miguel León-Portilla de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) realizó un evento en el que el centro de reflexión fueron las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki. “Japón. Historias y testimonios de supervivencia”, fue una jornada que incluyó la presentación del grupo Ryukyukoku Matsuri Daiko México Shibu, un grupo de danza y percusión tradicional de Okinawa, Japón, que se basa en el estilo eisa. Dicha danza utiliza instrumentos como el eisa y el sanshin, para difundir la cultura okinawense y promover la paz y la felicidad a través de su música.
El evento, realizado el 21 de julio, contempló también la inauguración de la exposición “Hiroshima y Nagasaki; testimonios de supervivencia y resistencia”, la cual contempla la exhibición de 34 imágenes de cinco películas, las cuales abundan acerca de las secuelas de las bombas atómicas. Los largometrajes pueden ubicarse fácilmente a través de códigos QR que también forman parte de la exposición. La curaduría de la muestra estuvo a cargo de Jessica Saraí Escandón, alumna de la licenciatura en Humanidades de esta sede académica, quien ha invertido alrededor de dos años en esta investigación, ya que forma parte su proyecto terminal.
Como parte de la inauguración, la alumna y curadora hizo un recorrido en el que explicó que la muestra se integra de tres núcleos cuyo hilo conductor es el impacto de las bombas nucleares que afectaron a Hiroshima y Nagasaki, las secuelas físicas de la radiación que enfrentaron quienes sobrevivieron al impacto y el surgimiento de los Hibakusha, principales promotores del movimiento antinuclear. Además, destacó el caso de Sadako Sasaki (1943-1955), cuya historia inspiró la creación colectiva de más de mil grullas de papel por parte de la comunidad universitaria.
En entrevista, Jessica Saraí Escandón compartió que el proyecto surgió por su preocupación ante la amenaza nuclear contemporánea y su deseo de visibilizar las experiencias humanas más allá de la destrucción. Relató que, tras conocer el testimonio de Yasuaki Yamashita, sobreviviente de Nagasaki, gestionó su participación en el evento como parte esencial del mensaje de paz.
Como parte del programa, el doctor Jesús Elizondo Martínez, profesor investigador del departamento de Ciencias de la Comunicación, dio una charla sobre “Culturas de paz frente al desarme”, en la que recalcó que la guerra no es inherente a la naturaleza humana y que la paz debe construirse desde la educación, la justicia y las instituciones sólidas.
Subrayó que “el desarme no es solo una política, es una decisión ética, pedagógica y civilizatoria”. Además, criticó el gasto militar mundial que, dijo, “rebasa cualquier lógica o imaginación”. De acuerdo con Elizondo Martínez, estos recursos deberían invertirse en prevenir conflictos, fortalecer la equidad social y apoyar el desarrollo científico y educativo, en lugar de alimentar industrias armamentistas.
Elizondo Martínez también reflexionó sobre los discursos bélicos en los medios de comunicación y comentó que su naturalización representa una amenaza para las sociedades contemporáneas. Reiteró que la paz no debe concebirse como un estado pasivo, sino como una construcción activa desde lo cotidiano: “La misma especie que inventó la guerra puede inventar la paz”. Exhortó a las universidades a asumir su papel transformador en la formación de sujetos comprometidos con la no violencia y el bienestar común.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 8 de agosto en el puente de cristal de la biblioteca. El próximo 6 de agosto, Yasuaki Yamashita compartirá su testimonio en la UAM Cuajimalpa, como sobreviviente de Nagasaki y promotor del desarme nuclear en América Latina.