25 Jan 2017/ Noticias

La Universidad debe establecer condiciones que favorezcan la actividad emprendedora de sus investigadores

Por Web Difusión a las 06:01 pm


* Necesario, entender las causas de atracción y de expulsión de los inventores mexicanos

*Con la fuga de talentos México está subsidiando a países como Estados Unidos, Francia y Suecia.

En México hay poco espacio para generar empresas y oportunidades de negocio a partir del conocimiento. Generalmente nos distinguimos por ser un país donde se tienen negocios de bajo valor agregado, en cambio, estamos plagados de negocios informales, comentó la doctora Claudia Díaz Pérez durante su participación en la 4ª sesión del Seminario Internacional del Departamento de Estudios Institucionales (DESIN) de la Unidad.

Al dictar la ponencia Inventores y patentes académicas: experiencias y recomendaciones’ en la que se exponen los resultados de la investigación sobre emprendedurismo académico y los inventores de la UAM, realizada en colaboración con el doctor Jaime Aboites, profesor-investigador de la Unidad Xochimilco y pionero en estudios nacionales sobre propiedad intelectual y desarrollo innovativo, la profesora-investigadora de esta sede académica destacó que cuando se hace investigación, alrededor del 50 por ciento de ella se queda guardada por falta de tiempo para aplicarla en la solución de algún problema social, debido a los engorrosos trámites administrativos y de gestión, no sólo para patentar, sino para vincularse con la industria.

La doctora Díaz Pérez ofreció un panorama de las diferentes posturas surgidas en el debate que, al interior de las universidades, se ha dado en torno a lo que se denomina como la tercera misión de las instituciones de educación superior. Esto implica un replanteamiento de su rol tradicional para orientar la investigación hacia la solución de necesidades de la sociedad, a través de la vinculación con la industria y la comercialización del conocimiento, frente a lo cual hay posturas que señalan que ello va en contra del propio espíritu de la ciencia, pues consideran que el conocimiento debe ser abierto, libre y no susceptible de privatizarse.

Al mencionar que en este debate aún no hay nada concluyente, la doctora Díaz, especialista en temas de transformación tecnológica y vinculación universidad-empresa, comentó que en la UAM –cuya legislación no permite hacer empresas– se debe preguntar qué se quiere y hacia dónde debe orientarse la investigación en un país con tantos problemas como el nuestro. Agregó que es importante que la universidad establezca condiciones para que aquellos inventores-emprendedores que deseen incursionar en el mercado puedan hacerlo, con el apoyo tanto de la universidad como del país.

Acotó que lo anterior no significa que todo investigador deba dedicarse a estas actividades; habrá quienes decidan dedicarse únicamente a la docencia y la investigación, en una diversificación de roles que enriquece a las instituciones, la planta académica, la generación de conocimiento y la formación de los alumnos.

En sus comentarios a la exposición, la doctora Guadalupe Calderón, también del DESIN, señaló que los modelos de universidad emprendedora provienen de universidades estadounidenses, cuyo contexto es diferente al de los países en desarrollo, que se esfuerzan por transitar de sociedades productoras a sociedades de innovación. De hecho, no existe un organismo de enlace que facilite al investigador realizar el cambio de mentalidad, y aprender un lenguaje que le posibilite negociar, no solamente con las empresas, sino también con sus propias instituciones.

En la segunda parte del Seminario, el doctor Jaime Aboites presentó la ponencia ‘Diáspora de inventores mexicanos’, en la que expuso los resultados de la investigación titulada Movilidad académica en México en el contexto de la globalización, realizada en colaboración con la doctora Claudia Díaz Pérez, en la que se analiza cómo los inventores mexicanos, y de la UAM, han generado una muy importante movilidad a nivel mundial.

Especialista en economía de la innovación, el doctor Aboites indicó que hay un flujo muy importante de inventores mexicanos con el nivel intelectual más alto quienes se quedan a radicar en los países industrializados, lo que significa que un país pobre como México está subsidiando a países como Estados Unidos, Francia y Suecia, entre otros. Refirió que el análisis de los inventores mexicanos se realizó básicamente a partir de la información de la United States Patent and Trademark Office (USPTO), que es la oficina de propiedad intelectual y de patentes más importante a nivel internacional.

La fuga de cerebros -la diáspora- es algo inmanente dentro de la globalización, dijo el doctor Aboites, y de lo que se trata es de explicar la naturaleza de los factores de atracción y de expulsión de los investigadores. Apuntó que la movilidad puede ser virtuosa, cuando se apropian de conocimiento de frontera en el extranjero y regresan para diseminarlo en el país; o trunca, cuando se forman aquí, pero se van al extranjero a radicar.

Refirió que en un trabajo de la Secretaría de Educación Pública se señala que 575 mil profesionales han costado al país más de 100 mil millones de pesos, cantidad cuatro veces mayor al presupuesto de la UNAM y equivalente al 25 por ciento de los recursos que ejerce dicha Secretaría. Asimismo, cada año abandonan el país 20 mil connacionales con altos niveles de escolaridad. Destacó que estas cifras son graves, particularmente para un país que tiene más de 50 millones de su población en condiciones de pobreza.

El profesor-investigador del Departamento en el Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco,  comentó que en el análisis de los datos de la USPTO, se ve que después del Tratado de Libre Comercio el flujo de inventores mexicanos en empresas multinacionales se ha incrementado. Entre los datos relevantes arrojados en la investigación mencionó, entre otros, que más del 70 por ciento de los inventores mexicanos ocupan la primera posición en las patentes en las que participan.

A manera de reflexión, el doctor Aboites preguntó en qué medida esta evidencia empírica es muestra del fracaso de las políticas públicas del Conacyt, y cuál movilidad domina en estos casos, la virtuosa o la trunca.

Por otra parte, la doctora Magdalena Fresán, doctora en Educación y profesora investigadora de la Unidad, comentó que la movilidad académica es una de las expresiones más sensibles de la internacionalización de la educación superior. Para México, se trata de una problemática con asimetrías en el intercambio de alumnos, dado que muchos mexicanos van al extranjero, pero son pocos los que vienen a nuestras universidades.

Mencionó que, para abatir el problema de fuga de cerebros, se han puesto en marcha diferentes estrategias, como la circulación de los mismos, cuyo objetivo es establecer contacto con los investigadores y propiciar que produzcan investigación para México. Un concepto más reciente es el de diásporas de redes de conocimiento, entendida como una conexión de investigadores mexicanos en el extranjero. Por otro lado, está la Red de profesionales altamente calificados con presencia en el mundo. En 2013 dicha red, que opera en 15 ciudades de Norteamérica y más de 13 países de Europa, Asia y Oceanía, contaba con más de 3 mil 500 miembros activos en disponibilidad para compartir sus experiencias, conocimientos y contactos en beneficio de México.

Finalmente, mencionó que los investigadores tienen argumentos para permanecer en el extranjero: mejores salarios, mejores condiciones de trabajo (para la investigación), un nivel académico elevado; aunado a la inseguridad y la inestabilidad política que se vive en nuestro país.


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