* El desarrollo de esta área biológica en México se ve afectada por la falta de inversión y la visión política
Por Maribel Lozoya
Fotografías Ford Calixto
“La biología sintética tiene el potencial de transformar la economía global. México, con su biodiversidad y talento humano, podría estar a la vanguardia si existiera un verdadero plan nacional de bioeconomía”, indicó el doctor José Eleazar Barboza Corona durante su participación en el Sexto Simposio de la División de Ciencias Naturales e Ingeniería (DCNI).
Durante la conferencia magistral “¿Por qué conviene el desarrollo de la biología sintética en México? Estatus y desafíos”, dictada el 4 de julio, el investigador de la Universidad de Guanajuato informó sobre las oportunidades que tiene esta área de la biología. Comentó que entre los avances más sorprendentes se encontraban investigaciones en las que los residuos plásticos de PET se transforman en paracetamol mediante procesos biológicos. “Este tipo de aplicaciones no solo generan valor económico, también abren nuevas rutas para combatir la contaminación; de esta forma, la ciencia puede contribuir simultáneamente a la salud pública y a la sostenibilidad ambiental”, expresó Barboza Corona.
El especialista destacó que la biología sintética permite diseñar organismos capaces de producir medicamentos, aromas, materiales o alimentos de manera controlada, y mencionó el caso de levaduras programadas para fabricar fármacos contra el cáncer, así como bacterias modificadas que emiten olores naturales como la vainilla.
Sin embargo, el investigador nivel III del SNI enfatizó que la falta de inversión, la regulación actualizada y la limitada visión gubernamental para consolidar esta disciplina han detenido en gran medida el desarrollo de esta área biológica.
“La inversión es mínima, el marco legal no contempla esta tecnología y los investigadores enfrentan problemas aduanales hasta para recibir kits de trabajo”, denunció. Agregó que la Ley de Bioseguridad vigente está desactualizada y no considera los alcances actuales de la biología sintética, lo que genera incertidumbre para la experimentación y la transferencia tecnológica.
El también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias expresó que existen países como el Reino Unido y los Estados Unidos, cuyos planes de bioeconomía están proyectados hasta el año 2030, pero que en México el modelo político de corto plazo impide consolidar proyectos científicos con continuidad, ya que estos deben replantearse conforme el proyecto gubernamental en turno.
El conferencista dijo que nuestro país también cuenta con equipamiento sofisticado como el que existe en países de primer mundo e indicó que la labor de las universidades y los investigadores es brindar apoyo a las y los jóvenes, quienes están liderando el desarrollo de la biología sintética en México desde diferentes espacios universitarios. Mencionó que algunos jóvenes entusiastas han fundado empresas biotecnológicas o colaboran con centros de excelencia en el extranjero.
Finalmente, recalcó que México es un país que tiene las condiciones naturales y humanas para destacar en esta disciplina, pero necesita voluntad política, financiamiento sostenido, un marco legal actualizado y una estrategia nacional articulada. “No es un lujo. Es una necesidad si queremos que México participe en la economía del futuro”, señaló.